La velocidad también tiene su punto débil

08/18/2022

Con la paz de estar siempre buscando el estar consciente de que la velocidad con que se quiere que nos comuniquemos, que nos eduquemos, que vivamos, que aprendamos… no es natural, ni orgánica.

Ejemplo, una cirugía de tendón de aquiles. Podrás tener muchísimo dinero o nadita, podrás tener toda la tecnología a mano o no… lo cierto es que volver a caminar con normalidad y posteriormente volver a una vida deportiva, lleva su tiempo, y no hay magia de edición. Podrá variar un poco el momento de recuperación final, pero simplemente hay que ser “paciente” (literalmente) y ayudar al cuerpo a curarse a su ritmo.

Ojalá la vida fuera como los mensajes de audio de WhatsApp de ahora donde pudiéramos acelerar o no la velocidad con un clic, o que fuera como las tendencias del micro-learning (microaprendizaje), cada vez más de moda por el boom del Mobile-Learning donde nos dicen cosas como que “las píldoras de aprendizaje deben ser de 5 a máximo 20 min.” porque Dios guarde que queramos que alguien con paciencia pueda dedicar tiempo a adquirir un nuevo conocimiento que vaya más allá de un tik-tok o un reel. Nos descuidamos, y pronto ya vendrá el nano-aprendizaje, buscando emular la evolución de los micro chip a los nano chip.

Doy gracias a la vida de seguir rodeado de un contexto que me invita a recordar que una cosa es que podamos aprender-enseñar con mayor efectividad y otra, que no practiquemos habilidades como la paciencia y el autocuidado…al ritmo que haga falta ir.

Tenemos la gran oportunidad de educar con métodos y modalidades cada vez más diversos y de mayor alcance, pero la construcción de habilidades socioemocionales por más que lo deseáramos, no podrá ir a la velocidad de un clic. Requerimos un poco de humildad, de cable a tierra a lo humano y de reconocer que: #TodoTieneSuTalónDeAquiles. A diferencia de cuando hablamos de aprendizaje técnico, cuando se trata de aprendizaje transformativo (en conexión a habilidades socioemocionales) los tiempos y ritmos cambian, ya que si queremos enseñar-aprender sobre cómo trabajar en equipo, cómo conectar de forma empática con nosotras mismas, como personas y con las demás, o cómo aprender a manejar la frustración y cultivar la paciencia, se requiere proceso, un proceso que lleva su tiempo, y que requiere práctica en la vida misma.
 
 
Cierro resumiendo que, aprender el concepto sobre qué es la empatía, o el trabajo en equipo, lo puedo hacer posiblemente a la velocidad de un clic, convertir esos conceptos en una habilidad que use en mi cotidianidad, difícilmente.
 
Buena vibra.
 
Por Ricardo Salas Correa.